Entender la experiencia primero, la tecnología después
La verdadera naturaleza de la tecnología es replicar y amplificar. Definir primero la experiencia sin tecnología, permite entender qué se puede amplificar, en lugar de esperar que la tecnología logre mágicamente hacer aparecer algo que no estaba allí.
Caso de ejemplo: La mejor teleconferencia del mundo, con la mejor tecnología, la mejor conectividad, el monitor más grande… nunca podrá ser mejor que la “maravillosa” experiencia de visitar a alguien a la cárcel y hablar reja o vidrio blindado de por medio.
Ése sería el techo para una App de videoconferencia. La tecnología puede servir para replicarla a la distancia, pero nunca le va a poder agregar más calidad. Viendo las cosas de esa manera, se pueden plantear expectativas más realistas para un producto… Y decidir si no sería mejor enfocar otros aspectos que puedan lograr una experiencia que realmente valga la pena.