A 15 años del primer proyecto donde pude hacerlo con éxito, vengo confirmando que no hay receta que nos sirva si no entendemos qué es una metodología, qué es agilidad, y cómo podemos trabajar con IT para que comprenda la investigación y diseño UX como prácticas alineadas al Manifiesto Ágil.

¿Por qué todo eso? Porque las metodologías las suele empujar el área de IT, que no sólo no tiene porqué entender lo que hacemos ni cómo encaminarlo exitosamente, sino que además nos suele traer muchas veces las cosas ya contaminadas: por ejemplo, confundiendo agilidad con apuro, o los espacios de investigación y de toma de decisiones de diseño como “Big design up front”. 

No hay forma de sumarnos exitosamente a algo que ya empezó mal antes.

El manifiesto ágil declara: valoramos “software funcionando”, por sobre “documentación exhaustiva”.

Para UX, esto significa: nuestros entregables no son valor si no se traducen en funcionalidad aprobada, en atributos visibles en el producto final.

¿Podemos identificar en qué medida total o parcial, un entregable nuestro NO aporta valor? ¿Podemos señalar qué cosas NO valen la pena hacer?

Por ejemplo, ¿entendemos y podemos explicar qué decisiones debe alimentar un customer journey? En función de ello, ¿tenemos las herramientas para argumentar y demostrar que sería suficiente hacerlo en una simple tabla de Excel, en lugar de toda esa decoración que queda tan linda en dribbble pero que no moverá la aguja en el proyecto?

Customer Journey por Tyler Wain. El “emotional journey” tiene un nivel de precisión imposible: es bullshit. Apenas se aplique cualquier insight, esta pieza dejará de reflejar la realidad, pero su carga estética, de esfuerzo, y de rol (sólo podrá intervenirla otro diseñador), habrán generado un apego por lo que no será actualizada ni mucho menos descartada cuando corresponda. Simplemente ignorada.
Customer Journey por Tyler Wain. El “emotional journey” tiene un nivel de precisión imposible: es bullshit. Apenas se aplique cualquier insight, esta pieza dejará de reflejar la realidad, pero su carga estética, de esfuerzo, y de rol (sólo podrá intervenirla otro diseñador), habrán generado un apego por lo que no será actualizada ni mucho menos descartada cuando corresponda. Simplemente ignorada.
Esta tabla presenta, literalmente, la misma información accionable que el journey mostraba en su parte inferior. Resulta mucho más legible, permite agregar colulmnas para priorizar las iniciativas por ROI, puede ser iterada por cualquier miembro del equipo a medida van tomando las recomendaciones, etc. Crearla me llevó exactamente 18 minutos, que podrían haber sido menos de no haber tenido que reubicar los fragmentos que el OCR escupió de cualquier manera.
Esta tabla presenta, literalmente, la misma información accionable que el journey mostraba en su parte inferior. Resulta mucho más legible, permite agregar colulmnas para priorizar las iniciativas por ROI, puede ser iterada por cualquier miembro del equipo a medida van tomando las recomendaciones, etc.

UX ágil parte de entender el Manifiesto Ágil

Si no entendemos y no podemos poner en práctica la filosofía ágil, no hay manera de “hacer UX ágil”. Sólo estaremos generando entregables sin valor, sin ningún aporte a la agilidad del proyecto … pero eso sí, cumpliendo a rajatabla la burocracia de las ceremonias y los sprints.

En el resumen de mi charla en el evento “La Medida del Diseño 2018: Métodos lentos en tiempos ágiles”, organizado por IxDA Viña del Mar, profundizo sobre estos temas.

Santiago Bustelo
Julio 2024