Es usual que para mejorar el producto, el Negocio traiga a la mesa ideas que corren detrás del tren de moda del momento, como ayer era “metele Blockchain” y hoy es “metele AI”.

Ante estas propuestas, la respuesta habitual de UX es hacer preguntas que, aunque esenciales, suelen parecer confrontativas, cuestionando directamente valor de la idea, o incluso a la persona que la propone.

Y ahí es cuando la gente de Negocio, que venía entusiasmada y enamorada de su, nos acusa de tener “un problema para cada solución” 🙂

Me ayuda mucho en esas conversaciones la distinción que compartió Juan Carlos Lucas en nuestro espacio UX Minds: “No es lo mismo tener ideas que tener ofertas”.

Porque cuando tenemos una ideas, nos validamos a nosotros mismos. Pero a las ofertas las valida un tercero: el cliente final.

Y por eso, nuestra respuesta profesional al Negocio es que desde luego, lo que trae puede ser una buena idea. Nuestro trabajo será convertirla en una buena oferta. Y pulirla hasta lograr una especificación validada que Desarrollo pueda implementar.

Y ahora sí, con la creación de valor para el cliente final como marco común, remando todos en la misma dirección, podemos empezar a hacer las preguntas correctas y tener una conversación productiva:

– ¿Qué problema/s queremos resolver?…
– ¿A quién/es?…
– ¿Cómo sabremos si lo logramos?